El presidente Fernando López Miras aseguró hoy, durante el pregón de la Semana Santa de Archena, que en estos días "tenemos una cita con el arte, la fe y una historia que se desgrana procesión a procesión, paso a paso, por las doce cofradías del municipio", de las que dijo, "son un libro abierto donde puede leerse la historia de la Redención, el Evangelio hecho madera por obra y gracia de los escultores que dieron forma a la Pasión".
"La gran semana de la Redención se reviste en Archena de las costumbres y los ritos que han forjado generaciones de entusiastas y fervorosos nazarenos", destacó el presidente, quien agradeció el cometido encomendado por el Cabildo de Cofradías para ser pregonero y poder trasladar así "las reflexiones que vuestras procesiones, pasos y ritos singulares ofrecen a un archenero de cuna, recriado y formado en Lorca, que se contagia, sin esfuerzo alguno, del fervor y la pasión nazarena de los habitantes de una localidad que tengo por propia".
López Miras enumeró cada una de las cofradías de Archena y realizó un recorrido por sus procesiones. Indicó que el Viernes de Dolores es "ese precioso prólogo penitencial que nos trae el Vía Crucis con la Dolorosa que tallase Juan González Moreno". La Semana Santa "echa a andar con un anticipo nazareno cargado de futuro", como es la procesión infantil del Cristo de la Misericordia.
"Esta misma alegría de los cofrades del mañana es la que veremos también el Domingo de Ramos", afirmó el presidente, quien resaltó que tras el triunfal recorrido por Jerusalén, "la Pasión se mostrará en toda su crudeza cuando, desde la ermita de las Arboledas, llegue Cristo Crucificado".
En su pregón, destacó que el Lunes Santo "nos invita a vivir el Vía Crucis desde la parroquia del Corpus y la Purísima hasta el Calvario", y el Martes Santo, con la procesión del Perdón, comienza el relato de la Pasión con la Oración en el Huerto y el Cristo tallado por Hernández Navarro. "También la imagen de San Pedro, que tras el canto del gallo ha recordado el anuncio de su traición y sale arrepentido a recorrer las calles de la ciudad", dijo el presidente, quien añadió que "le precede, delator, el lúgubre sonido de la bocina, rodeada por los blancos nazarenos de la Cruz de los Espejos".
La Cofradía decana de la Semana Santa archenera, que da culto a Jesús Nazareno, acompaña a su titular, adaptado la noche del Martes Santo como Cristo del Rescate, el Jesús de las manos atadas. Le escoltan los 'armaos' y tras la condena a muerte, aparece Cristo clavado en la cruz. El desfile prosigue con la Virgen de la Piedad, y el cierre del cortejo por parte de la Soledad, portada por jóvenes anderas, lo que demuestra la "cada vez mayor presencia de la mujer en la Semana Santa", indicó López Miras.
Ya el Miércoles Santo tiene lugar la procesión del Prendimiento. Antes, Cristo es flagelado, como muestra la talla de Carrillo para la Cofradía del Perdón. Cargado con la cruz llegará al Calvario para ser crucificado. San Juan y la Virgen Dolorosa cerrarán la procesión del Prendimiento.
El Jueves Santo a medianoche desfilan los nazarenos con el Cristo crucificado, envuelto en el silencio profundo. Ya por la mañana, los tambores anuncian la llegada de la Procesión del Encuentro Doloroso, que abrirá la Cruz de los Espejos. Posteriormente, la Samaritana, rodeada de nazarenos encarnados; la Santa Cena; de nuevo la Oración en el Huerto; el Señor del Gran Poder; la Verónica y el Nazareno tallado por Manuel Juan Carrillo, que busca del esperado Encuentro Doloroso, "es el momento más intenso en la mañana de un día cargado de emociones", dijo López Miras.
El presidente hizo referencia a la Centuria Romana, a los cofrades de la Agonía y al paso de las imágenes de San Juan y la Dolorosa, que tienen como destino el Calvario, recreado en el atrio de la iglesia de San Juan Bautista, donde se asiste al desenclavamiento de Cristo. "Una oración deja paso al respetuoso silencio. Los cofrades descienden al Redentor y lo depositan en el Santo Sepulcro", señaló el jefe del Ejecutivo regional.
A la caída de la noche tiene lugar el Santo Entierro de Cristo. En la comitiva participan de nuevo la Cruz de los Espejos, el Cristo del Perdón y el de la Sangre. A ellos se suma "el siempre espectacular paso del Descendimiento", subrayó López Miras. Precediendo a Cristo muerto, el cortejo de las Santas Mujeres, junto a San Juan y la Virgen Dolorosa, recorre las calles. Al llegar a la iglesia de San Juan Bautista, el Cuerpo de Cristo es depositado sobre un túmulo funerario, "antes de que dé comienzo un conmovedor velatorio".
En la madrugada del Sábado Santo, desde las alturas del Monte Ope, Cristo desciende al 'seno de Abraham', "donde los justos esperan la Salvación", apuntó el presidente. "Cristo resucita al tercer día y los nazarenos vuelven a vestir las túnicas identificativas de sus cofradías para acompañar a la Cruz Gloriosa, María Magdalena, las Santas Mujeres de Jerusalén, San Juan Evangelista y Nuestra Señora de la Alegría, e ir al encuentro con el Señor en la avenida del Carril", concluyó.